· 

FLORES DE BACH para trabajar MANDATOS NEGATIVOS

Si lo que buscamos es encontrarnos a nosotros mismos, es importante descubrir cuáles son los MANDATOS NEGATIVOS que guían nuestras creencias, pensamientos, emociones y finalmente nuestras conductas.

 

A lo largo de nuestra vida, atravesamos distintas situaciones que sin que lleguemos a percibirlo, dejan rastro en nosotros. Nacemos en un determinado entorno familiar y social, que de a poco y sin que nos demos cuenta, va moldeando nuestra personalidad, sobre todo en los primeros años.

 

Cambiar mandatos, creencias, estructuras y pautas es una tarea difícil, porque nos cuesta modificarlos o porque ni siquiera sabemos que tenemos esos condicionamientos, que muchas veces no nos pertenecen a nosotros sino a nuestro entorno. Sin poder deshacernos de ellos, los repetimos una y otra vez ante distintas situaciones y con distintas personas. Y muchas veces esa manera de mirar la vida y las circunstancias, no coincide con nuestra esencia más profunda.

Utilizar las flores de Bach de manera correcta, es una útil herramienta de transformación que nos permite liberar de a poco esos patrones de conducta que tienen origen en lo que Eric Berne llamó Mandados Negativos, y que muchas veces nos impulsan a:

  • No pedir ayuda
  • Ser tímidos
  • No divertirnos
  • Sentirse culpable por todo
  • Ser rutinario
  • Ser triste
  • Soportar todo sin reaccionar
  • No tomar decisiones
  • No pensar
  • Ser sumiso
  • No terminar lo que empezamos, etc. etc.

El Dr. Eric Berne (1910-1970), médico psiquiatra, fue el fundador y creador inicial del Análisis Transaccional (escuela de psicología enfocada al mejoramiento personal y social).  Sostuvo que los padres y el entorno próximo de una manera u otra, transmiten al niño una serie de mandatos (mensajes positivos y negativos) que quedan grabados en el niño. En el caso de los mandatos negativos, el niño al internalizarlos queda muchas veces atrapado en una forma de sentir, pensar y actuar que no le es propia y en general lo inhibe de desarrollar su verdadero ser.

 

Berne sostuvo que todos los seres humando, no siempre actuamos de la misma manera. Independientemente de nuestra edad, a veces nos comportamos como adultos, otras como padres y a veces como niños. Esta clasificación se denomina “Estados del yo” y corresponde al análisis estructural de la personalidad. A  cada tipo de estados del yo (Padre, Adulto, Niño) le corresponde una manera diferente de ser, pensar, sentir y actuar, y todos sin excepción las tenemos, aunque en distinto grado de desarrollo.

 

De esta forma, quien se sitúe preferentemente en un tipo Padre, tendrá con mayor frecuencia comportamientos de estilo protector y directivo o incluso sobreprotector y autoritario. Actitudes rígidas (“esto es así porque sí o porque lo digo yo”), estructuradas (“siempre se hizo de esta manera y no hay por qué cambiarlo”), humillantes (“acá el que manda soy yo, y tú obedeces”), prejuiciosas (“no me interesa tu punto de vista, tú no sabes resolver nada”), o castigos y/o protección excesivos. La actitud típica del padre negativo es la de señalar con el dedo índice en forma acusativa y amenazante; y con una mirada severa o iracunda.

 

Por su parte, el Niño es la parte infantil de cada uno de nosotros, más allá de la edad. El Niño es el único estado del yo que se tiene al nacer y se rige por el placer, por lo que su única función es el sentir las 5 emociones auténticas del ser humano: afecto, alegría, miedo, tristeza y bronca. El Niño no razona, sólo siente. Por esto, no es conveniente tomar decisiones con el Niño, es decir cuando estamos tristes, asustados, enojados, etc. Por otra parte, muchas veces manipulamos a los otros desde nuestro Yo Niño.

 

Por último, el Adulto está formado por todo lo que sea razonamiento. Con el Adulto se piensa, se reflexiona, se contabiliza, se decide, etc. Ante un problema razonamos con el adulto: posibles soluciones, pros y contras de cada una; es decir que con nuestro Adulto decidimos cuál nos conviene más. Aunque dependiendo que estado del yo sea el qué prevalece en nosotros, las decisiones pueden tomarse desde el yo Padre o el yo Niño, con las consiguientes consecuencias dañinas para nosotros mismos y para los otros.

 

En definitiva, estos estados nos hacen actuar según lo aprendido y heredado, (que luego se transforman en creencias) que muchas veces, más de las que nosotros mismos creemos, no se corresponde con lo que somos. De ese modo, nos perdemos en nosotros mismos, sin reconocerlo y sin saber cómo recuperar nuestra armonía.  Una vez que el desequilibrio ha quedado instalado en nosotros, podemos comenzar a enfermar el cuerpo y provocar circunstancias que nos hagan más difícil aún, el momento presente.

 

Edward Bach sosteníaCuando nuestras personalidades se desvían del camino trazado por el alma, o bien por nuestros deseos mundanos o por la persuasión de otros, surge el conflicto. Ese conflicto es la raíz, causa de enfermedad y de infelicidad….

 

En consecuencia con ello, al ir desbloqueando las emociones negativas por capas, las flores de Bach van haciendo un proceso sutil. Este puede puede producirse de manera espontánea e inconsciente, o de manera consciente.

 

Cuanto más involucrados estemos de manera consciente en este proceso, los resultados serán más efectivos y potentes y de esa manera se dará inicio a un proceso de cambio. Así, en situaciones parecidas, empezaremos a pensar, sentir y actuar de manera similar logrando cambios definitivos en nuestra personalidad.

 

Si querés saber más sobre autoconocimiento a través de la astrología y flores de Bach, seguinos en almasevolucionando.com que ahí tenemos algunos cursos digitales gratuitos que quizás puedan ayudarte e interesarte.

Escribir comentario

Comentarios: 0