Las flores de Bach, han sido agrupadas según los efectos que producen sobre siete grupos emocionales, entre ellos se encuentra el grupo de las flores que ayudan a equilibrar la sensación de miedo. Todas las personas, en mayor o menor medida han experimentado miedo a lo largo de sus vidas, aún aquellas que se niegan a reconocer esa emoción en ellos mismos porque lo sienten como un signo de debilidad. En general, quien más fuerte se muestra ante su entorno, más esfuerzo hace por disimular el miedo que sienten por distintas razones.
Poner el miedo en palabras, nos permite liberarnos de esa carga de fortaleza y nos da el coraje suficiente para afrontar la vida desde otro lugar, con mayores herramientas. A su vez, quienes se muestran especialmente miedosos, a través de una terapia floral, pueden verbalizar sus emociones y de a poco ir venciendo los obstáculos que le impiden desarrollarse como personas adultas. La ansiedad en todas sus formas, tiene como base el miedo a algo, que la persona se representa como infranqueable y casi siempre con un resultado distinto al esperado. Como mecanismo de defensa ante esa situación que siente que no puede manejar, la persona desarrolla conducta de evitación, protección y huida.
Las flores específicas, aunque no las únicas, que ayudan a trabajar el miedo son Mimulus, Aspen, Cherry Plum, Rock Rose y Red Chestnut.
Así, Mimulus se tomará en el caso de miedo de cosas conocidas. Los miedos de Mimulus son los normales y cotidianos -miedos a la oscuridad, a hablar en público, a exámenes, a perros agresivos, o de enfermedades y dolencias. Es la flor para las personas nerviosas y tímidas.
Aspen en cambio, se utiliza en los casos de miedo o ansiedad de origen desconocido. Es el miedo a que algo malo vaya a suceder, pero sin saber qué exactamente. En el caso del miedo a la muerte, la diferencia entre Mimulus y Aspen estaría dada porque en el primer caso se teme a morir como hecho y en el segundo el miedo se relaciona a lo desconocido que encierra la muerte misma.
Cherry Plum es la indicada para miedo a perder el control. El miedo de Cherry Plum es muy específico, ya que se trata del miedo a perder el control de uno mismo y hacer algo terrible hasta el grado de herir a otros o a sí mismo. En los niños, que hacen rabietas tirando cosas o lastimándose a ellos mismos, esta flor los ayuda a manejar sus miedos de una forma más serena.
Rock Rose es la que nos ayudará en los casos de Terror y miedo extremo. Este estado, puede empezar como un miedo del estado Mimulus o Red Chestnut pero llega mucho más lejos, convirtiéndose en un ataque de pánico o terror que hace casi imposible el pensar o decidir.
Y por último Red Chestnut nos ayudara cuando exista una excesiva preocupación por los seres queridos. Este tipo de miedos son preocupaciones naturales y normales pero llevadas a un grado de exageración muy grande que produce un efecto negativo sobre la persona. La madre se convierte en sobreprotectora impidiendo a los hijos desarrollarse libremente; el esposo se vuelve tan protector de la mujer que termina anulándola. Con Red Chestnut la persona se vuelve un apoyo para los demás en vez de alguien que anula al otro.
Las flores brindan calma y coraje, volviéndonos capaces de avanzar aun sabiendo que el temor, como emoción propia del ser humano, existe y puede ser superada. La persona recobrar el valor para avanzar en sus desafíos diarios. Es un proceso que requiere de esfuerzo, pero es un esfuerzo armónico donde al principio del tratamiento percibimos ese estado, y de todas maneras podemos seguir con nuestros planes. Un ejemplo, es la persona que debe dar una conferencia. Percibe que siente temor, pero en ningún caso decide no avanzar. Simplemente confía en ella misma y su capacidad de afrontar el desafío.
Los mejores resultados se logran cuando uno está dispuesto a buscar que otras emociones se ponen en juego junto al miedo, como la inseguridad, el miedo al rechazo, la duda, etc. y trabajarlo con las distintas flores. Un tratamiento con tomas regulares en el tiempo, permite descubrir que errores en la personalidad contribuyen a crear desequilibrios en nuestro interior.
Las flores, al transmitir energía vibracional, permite que llegue a la personalidad la información necesaria para vencer los bloqueos que nos obstaculizan aprender y avanzar como personas. Si bien el miedo cumple una función de protección ya que nos permite cuidarnos de situaciones riesgosas, cuando interfiere en nuestra toma de decisiones y nos impide desarrollarnos en la medida de nuestros deseos, se torna un obstáculo que debemos superar.
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