Con la astrología se da un fenómeno muy particular. Todos, hasta el más escéptico, leen el horóscopo de revistas y diarios, y saben responder cuando le preguntan de qué signo es. Sabemos si somos de Tauro, de Cáncer, Escorpio, etc.; pero no todos sabemos que ese es nuestro signo solar y que hay más planetas que nos influyen en nuestra forma de actuar, pensar y sentir. Por eso es común que mucha gente no crea en la astrología. Porque comparan dos personas del mismo signo solar, y las ven distintas. Y de allí, el creer que la astrología es pura charlatanería. Por supuesto, los horóscopos publicados en diarios, revistas y portales agregan más confusión ya que son tan generales que no aportan nada de claridad a quien intenta asomarse al menos, a saber como es su forma de ser.
Pero si prestamos atención a esta enumeración de planetas y qué personaje nuestro representan, entenderemos que es mucha la información que nos da la astrología para ayudarnos a conocernos a nosotros mismos.
¿Quienes comandan la nave?
La Luna representa nuestra manera de sentir; Marte nuestra forma de luchar por lo que queremos; Venus nuestros gustos y preferencias a la hora del placer; Mercurio las cosas que nos gusta aprender y comunicar; Júpiter es nuestro personaje que le gusta salir a explorar nuevas culturas o conocimientos más profundos; Saturno el que nos limita y tantas veces nos provoca miedos e inseguridades; Neptuno nos conecta con nuestra parte soñadora, compasiva y a veces evasiva; Urano es nuestro personaje que se siente distinto y necesita el cambio constante. Por último, Plutón representa nuestra parte que le gusta controlar y tener poder sobre las cosas o sobre los otros.
Sólo con saber esta pequeña descripción, es mucho más fácil comprender por qué dos personas que tienen sol Leo, pueden ser y comportarse, de manera tan distinta y hasta opuesta a veces. Si a eso sumamos que cada uno de nosotros tiene un Ascendente distinto, entenderemos porque un leonino con Ascendente Piscis puede parecer mucho más humilde y retraído que un leonino Ascendente Géminis.
Cada planeta es un personaje dentro nuestro, qué va a expresarse según el signo en el que se encuentre y según la casa (área de nuestra vida), que habite.
Dime que luna tienes, y te diré como reaccionas en la crisis
Un punto fundamental, y que Edward Bach conocía a la hora de preparar su sistema floral, es que la Luna rige nuestro mundo emocional. Es decir, que en momento de crisis emocional -que varían según lo que cada persona viva como una crisis-, vamos a comportarnos según lo que nuestra signo lunar nos pida. A esto se refería cuando hizo su primera clasificación en Curadores, que no era ni más ni menos que la tipología de las 12 lunas zodiacales.
Las lunas de fuego (aries, leo y sagitario) nos piden movimiento, acción, y más veces de las que quisiéramos impulsividad, impaciencia y en algunos casos hasta actitudes agresivas o violentas.
Las lunas de tierra (tauro, virgo y capricornio) nos piden la concreción de metas y objetivos para sentirnos seguros. Hay un dicho en astrología que dice, nada mejor que una luna virgo en crisis para trabajar a la perfección contra reloj.
En cambio, las lunas de aire (géminis, libra y acuario) necesitan curiosear, aprender y comunicar para lidiar con sus momentos de crisis. No es extraño ver algunas personas que cuando más angustiadas están, más necesitan hablar y hablar hasta el punto que a veces nos agotan con sus interminables charlas.
Por ultimo, las sensibles lunas de agua (cáncer, escorpio y piscis) se pierden en sus propias emociones, muchas veces cargadas de melancolía y nostalgia, esforzándose por encerrarse en su mundo de sueños y fantasías.
Nuestra carta natal, es un mapa de nuestra personalidad pero también nos aporta información sobre nuestros padres, nuestro linaje, nuestra relación con los otros, nuestros dones y habilidades; y nuestros aprendizajes pendientes.
Muchas veces viendo la carta natal de varios miembros de una misma familia, se ve que existen patrones de conductas que tienden a repetirse. El signo y la casa que ocupa la luna y la relación que tiene con otros planetas nos hablan del mecanismo de defensa que tiene la persona y también de cómo fue su hogar en la infancia.
La información reparadora que brinda la carta permite potenciar nuestras fortalezas y trabajar los puntos débiles de una manera constructiva.
¿Cómo ayudar a los niños?
En el caso de los hijos, es muy provechoso conocer su carta natal, ya que nos ayuda a estimularlos en función de su temperamento. Hay chicos con mucha energía de Fuego que necesitan moverse mucho, que estudian de una manera “movediza” y que pueden enojarse muy fácilmente siendo muy impulsivos. Conocer estos detalles, ayuda a los propios padres para entender sus ritmos de estudio, sus malas notas por mal comportamiento, y a acompañarlos de una manera más amorosa y no con tanto reto. Un chico con mucho fuego, necesita descargar su energía de una manera constructiva que habitualmente pasa por el ejercicio físico.
Hay chicos que con su gran energía de Aire son muy curiosos, les gusta preguntar, que le cuenten cuentos y a veces les cuesta mantenerse en silencio en la clase porque les gusta hablar mucho.
Otros al tener mucha energía de Agua son más emocionales y vulnerables, y necesitan ser contenidos con mayores demostraciones afectuosas. En la escuela pueden ser muy distraídos, tímidos, y a veces miedosos.
Por último, los niños con más energía de Tierra, que parecen muy maduros para su edad y siempre se portan bien, necesitan que se los ayude para no ser tan exigentes con ellos mismos y que se los incentive a charlar sobre sus miedos o tristezas ya que en general no les gusta mostrarse débiles o pedir ayuda.
Por eso, si conocemos estas cualidades que los niños tienen, será más fácil ayudarles a desarrollar sus potenciales y resolver sus conflictos y debilidades de una manera mucho más sana para ellos.
Herramienta Diagnóstico
La carta natal tanto para niños como para adultos, es sólo un mapa de autoconocimiento y de ninguna manera nos condiciona. Nos ayuda a conocernos y nos permite determinar con mayor precisión qué aspectos de nuestra personalidad y nuestra historia, requieren de nuestra atención. Es una excelente herramienta de diagnóstico, haciéndonos responsables de nuestro propio crecimiento y nos abre la puerta para resolver aquello que no nos permite avanzar, ya sea de manera personal o a través de los especialistas necesarios.
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